Que España está en crisis parece
que todo el mundo lo tiene claro pero lo grave es que se encuentra inmersa en
varias crisis a la vez : económica/financiera, rentabilidad, credibilidad,
constitucional, paro, organización administrativa del Estado, política,
identitaria y de secesión, entre otras.
Personalmente creo que todo
empezó cuando todavía en la oposición ZP se quedó sentadito en su silla (como
dice la canción infantil) ante la bandera de EE.UU. ¡que valiente! ¡que machada!,
ya ya, se le veía venir. A tenor del sangriento atentado de 11M se ve, contra
pronóstico, elevado al puesto de Presidente del Gobierno de España. Lo primero
que hace es ganarse amigos, retira sin la más mínima prudencia militar los
pocos soldados que nos representaban en Irak. Automáticamente pasamos de estar
entre las primeras naciones del mundo a no estar en ningún lado. Bueno, el
estaba todo contento porque se había encontrado las arcas llenas y hacía bueno
aquel dicho popular: “no compres a quien compró, compra a quien heredó que no
sabe lo que costó”. Pensaba hacer “maravillas” con aquellos fondos públicos, y
las hizo, ¡caray que sí las hizo!
De estar en ningún sitio en el
patio internacional, empiezan los movimientos inteligentes de buscar amigos.
Felicita de antemano por haber ganado al candidato que perdió contra Ángela
Merkel; con ideas como aquella de la “alianza de civilizaciones” (costó varios
millones) se acerca al mago Chavez de Venezuela, al currito Evo Morales de
Bolivia, al humanista Fidel Castro de Cuba, al innombrable Ahmadineyad de Irán,
al sosegado Bashar Assad de Siria y así muchos otros y lo que es mejor?, todo
ello mediante el “buen hacer” del ministro
Moratinos.
Con la Caja Publica, busca
ganarse adeptos de todo tipo entre las capas sociales, sindicatos (dinero a
mogollón), artistas, administraciones públicas disparadas, subvenciones extras
a parados, ayudas para pisos a jóvenes sin trabajo, asociaciones de
estudiantes, asociaciones agrarias, de la mujer (hasta crea un ministerio de la
igualdad ¡obsesivo!), se sienta a negociar con los terroristas (“el hombre de
paz Otegui”), cede ante las CC.AA., les deja hacer lo quieran con el estatuto
catalán (“yo aprobaré lo que el parlamento catalán apruebe”). Cara a “su”
exterior, financia ONGs de todo tipo, homosexuales de no sé donde, lesbianas de
Nigeria, asociación por la mujer de El Senegal y tantos y tantos dispendios que
de un superávit que se encontró al llegar, dejó al salir un déficit que veremos
cuando conseguimos superar. La deuda, en consecuencia, la dejó allá por el
billón de euros, sí sí por el billón. ¿Esto podría encuadrarse en el delito de
malversación de fondos públicos?, deberían pedirse responsabilidades.
Ahora, el
gobierno ha de dejarse de complejos y actuar duro en el cumplimiento de la ley,
acabar con el déficit parece lo más fácil pero, claro, a costa de no crecer y
empobrecernos más aún. Hay que acabar con el cachondeo interior de las CC.AA. y
las llamadas a la desobediencia civil. Los sueños de grandeza de Mas, por el
camino del “sí o sí aunque sea ilegal” han de ser correspondidos con toda la
dureza y claridad que las leyes permitan. Los Mas y Otegui (tienen la misma
idea de futuro para sus regiones) así como algunos otros políticos que campan a
sus anchas han de ser desenmascarados ante sus seguidores (que también los hay
con claridad de ideas y buena voluntad) poniendo sobre la mesa su encausamiento
si procediera. Pero hay que hacerlo ya, no mantengamos el buenismo, como el
anterior gobierno, y se nos pase el arroz definitivamente. Ya tenía que haber
habido mensajes y actuaciones diáfanas sobre las ilegalidades que se están
cometiendo.
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