viernes, 27 de diciembre de 2013

EL SIRIKAL


Creo que todos tenemos hobbies, aficiones y ciertas querencias (sueños) que desde pequeños intentamos realizar en cuanto se den las circunstancias necesarias para ello. La verdad es que cuando esto ocurre, la cosa casi siempre se queda en eso: simplemente un capricho o un deseo satisfecho y nada más, incluso sin consecuencias trascendentales.

Cada acometida que efectuemos alcanzará unos resultados en proporción directa a la intensidad que pongamos en el empeño y a la calidad de nuestras acciones y movimientos para su elaboración. Es decir, estaremos más cerca del éxito cuanto más fuerza e ilusión derrochemos. También es relevante la preparación; cuantas y cuantas veces hemos pensado en cómo tratar cada una de las partes o etapas que asignamos a nuestro proyecto y la forma en que resolveríamos los obstáculos que, sin duda, se presentarán.
Por otra parte, los años van engordando nuestra mochila personal de conocimientos y nos van aportando la madurez que, sin saberlo en ese momento, nos facilitará el abordaje de la aventura.
Recientemente he tenido una sorpresa que me ha llenado de satisfacción. Una muy buena y muy antigua amiga, Matilde Gonzálvez, ha editado un libro, una novela que tenía escrita hace ya algún tiempo. En un momento dado se dedicó a realizar algo que le gusta, escribir, y creo que tiene alguna novela más, ya preparada.
EL SIRIKAL, se titula la novela que, como referencia su autora, cuenta cinco historias de amor. Se desarrolla en una hacienda en el norte de España. La familia propietaria, de recia educación y costumbres, configura las historias de amor del relato.
En mi opinión, constituye una novela de exquisita presentación y fácil lectura. Con un vocabulario exento de tecnicismos que permite entender perfectamente, al lector, lo que la autora quiere contar sin necesidad de la "relectura" a la que muchas obras nos obligan para asimilar algunos de sus párrafos.
Es de destacar, en mi opinión, la detallada forma de describir los lugares, paisajes y los trajes de los personajes así como el deleite de la autora al contarnos las variadas cabelleras y sus personales peinados.
Sobre la trama en sí, me ha llamado la atención la naturalidad con que sobrellevan, la mayoría de los protagonistas, las enormes mentiras sobre su conducta y su propia vida. Cómo trascendentales mentiras se mantienen durante años. Cómo los fieles Pedro y Lucía al servicio de la casa se hacen cómplices y encubridores, pero siempre fieles, de las mentiras de algunos de los personajes.
Quizás estas circunstancias enriquecen las diferentes historias consiguiendo así que el último tercio de la novela se lea con cierta ansiedad y mucha intriga.
En definitiva, lo mejor es leer El Sirikal y pasar unos buenos ratos de relajamiento y descanso.
Para mí, como he pretendido destacar, aparte de la propia novela tiene una gran importancia y mérito para su autora el haber conseguido materializar ese sueño con la edición de este libro.
Un beso muy grande Matil y que no se cierre aquí tu ciclo de escritora.