jueves, 23 de abril de 2015

SOCIEDAD MEDIÁTICA O MEDIATIZADA?


Como he comentado en mi anterior artículo, somos tratados como una vulgar albóndiga por la clase mediática/periodística.

Cuando salta una noticia - normalmente mala - la situación que se produce es muy curiosa y a veces hasta ciertamente graciosa. Todos las agencias, periódicos, emisoras y canales de tv se vuelcan en hacérnosla llegar por el medio que sea; en tertulias, coloquios y hasta programas extras monográficos. Si la “noticia” es de las que producen alarma social (como ahora se dice) mejor que mejor. Compiten entre los diferentes medios con sus mejores “armas”, incluso recomponiendo las programaciones previstas. El objetivo es decir más cosas, más novedades y hasta más suposiciones (muchas de ellas pura invención por no decir mentira) que el adversario mediático, que lo machaquen en los medidores de audiencia.  

Por referirnos a los últimos tiempos hay que mencionar el caso Gurtel, los ERE, caso Bárcenas, elecciones Andalucía, Chaves y Griñan, Susana/Pedro, Pedro/Susana, Bankia, Charlie Ebdo; más reciente está el accidente del avión de  germanwings o, mejor dicho el asesinato de las 149 personas que viajaban hacia el país de la “prima mater” hasta que lo desgració el copiloto loco. Desde ese momento todos los medios ocuparon sus espacios para informar sobre el accidente y, por supuesto, aventurando noticias sobre su localización al principio y sobre las causas después. Las principales cadenas de TV dedicaron el 80% de su programación a repetir y repetir comentarios y escenas una y otra vez hasta aburrirnos. Las tertulias tienen el asunto como monográfico y todos se afanan en parecer que saben más que los demás, sobre el propio accidente, sus causas y sobre la navegación aérea en general.  Todos conocimos hasta la saciedad la vida y pecados de Andreas Lubitz y a sus vecinos, personaje del que hoy probablemente ya nadie se acuerda de su nombre.

El caso de “Charlie Ebdo” provocaba reacciones en toda Europa, estoy seguro que además de por su propia gravedad también impulsadas por los medios que nos lo contaron con todo lujo de detalles una y otra vez. A los pocos días se asesinaban a 150 estudiantes cristianos en la universidad de Kenia y la noticia apenas ocupaba unos pocos minutos en las televisiones, justo el tiempo que duraba el vídeo que nos mostraba los cadáveres en toda su crudeza (también tendría que existir un control sobre esta falta de sensibilidad y ética hacia el espectador).

En los mismos días se produce el comienzo de los bombardeos que la Liga Árabe comandada por Arabia Saudí realiza contra los rebeldes hutíes (grupo escindido de los chiíes) que se han levantado en armas en Yemen, dentro de las operaciones que en todo el territorio están protagonizando el EI. Esta situación es novedosa y muy importante ya que en la Liga Árabe además de Arabia Saudí se encuentran otra veintena de estados árabes como Jordania, Egipto, Iraq, Kuwait, Argelia, Marruecos y otros más. Puede suponer el comienzo de una escalada con cambios importantes en la balanza de fuerzas y alianzas en la zona. No obstante la noticia pasa casi de puntillas en los telediarios.
Ahora nos cuecen con el caso Rato y otras muchas noticias quedan en el olvido. Bueno por no extenderme más, queda claro que los medios dominan el estado de ánimo de la población y el orden de valores de la sociedad en cada momento.


Además de albóndigas, de tan mediática esta sociedad se ha quedado mediatizada. ¡Lamentable!

miércoles, 22 de abril de 2015

SOMOS UNA ALBÓNDIGA

Desde hace mucho tiempo he aceptado que vivimos en una sociedad dominada por los medios de comunicación e información. Creo que toda la sociedad lo sabe y lo asume y aquél que todavía no se ha enterado es muy afortunado porque será que no le preocupan nada las voluptuosidades de este mundo. ¡¡Pobrecito!!

Que la pluma es más poderosa que la espada lo sabemos desde siempre en el devenir de los siglos, pero no por antiguo quiero evitar recordarlo: hace más daño la comunicación (prensa, radio y tv) dirigida por intereses determinados (grupos o personas) contra los puntos débiles de una sociedad (salud, dinero, afectos y bienestar) que un batallón de guerreros (policías y grupos paramilitares organizados) y otras algaradas.

A nivel de calle se habla y se comenta aquello que los periodistas y otros personajes que no son más que voceros con cierto gancho para quien les paga, nos “informan” “comunican” “transmiten” y llegan a aburrirnos.

Cuando elaboran y deciden los temas que van a presentarnos, preparan la “noticia” para hacerla apetitosa, la aliñan con grandes dosis de demagogia y populismo; la cocinan con todos los ingredientes necesarios para revestirla del atractivo político-religioso-deportivo o del interés que sirva a su línea de actuación, con el mismo esmero que se hace una albóndiga. Nos tratan como albóndigas. ¡¡¡somos una albóndiga!!!

Es lamentable observar cómo se denigra una gran profesión que es el periodismo.

Está bien, o al menos es pasable, que los periodistas y otros invitados a un coloquio o tertulia se expresen y manifiesten a título individual –normalmente se les supone con criterio- sobre los temas que traten, aún con cierto extremismo y hasta con cierta visceralidad pero, a mi modo de ver, aquellos que ejercen de presentadores o moderadores tienen que ser extremadamente pulcros en su función y mantener una imparcialidad máxima. Algunos, en sus estudios, han faltado a clase el día del buen hacer, imparcialidad y moderación.

Existen programas en varias cadenas que son puros escenarios solo para mítines en una única dirección; otros en que lo son sus presentadores y otros en que lo son el programa y el presentador. Tenemos todos los días buenos ejemplos de ello en antena3, cuatro, telecinco, la sexta, 13tv y en algunas comunitarias. Que cada uno le ponga nombre y apellidos a estos personajes.

Qué pena, para ellos ¡¡¡solo somos una albóndiga!!!  una almóndiga que dirían algunos.