miércoles, 10 de octubre de 2012

VACACIONES




Nunca antes había disfrutado unas vacaciones tan largas. En mis muchos años (afortunados) de trabajo creo que un solo año llegué a las tres semanas, algunas veces dos semanas seguidas y la gran mayoría semanas y días sueltos. En esta ocasión y encontrándome ya jubilado he compensado, de alguna manera, aquellas deficiencias.

En estos casi tres meses hemos estado (mi mujer y yo) practicando como “canguros” de nuestras nietas durante algunas semanas. Labor esta, la de “canguros”, verdaderamente reconfortante cuando se trata de los abuelos para con sus nietas. Cada día descubres en ellas detalles y motivos maravillosos que, además de sorprenderte, te reafirman las ilusiones y objetivos personales por los que, al fin y al cabo, has trabajado y te has esforzado tantos años.

Hemos disfrutado días sueltos de la playa, hemos estado unos días en Salobreña con nuestros hijos y nietas. La pequeña (tres años) hizo la hazaña de nadar sola en la piscina de mayores y sin manguitos; siempre en competencia con su hermana mayor que nada de escándalo.
 
A finales de julio estuve diez días literalmente paralítico. Me atacó un lumbago bestial y comprendí una vez más lo importante que es tener salud. Los efectos me duraron todo un mes, asistí a fisioterapia y realmente aún sigo un poco tocado. Sé de quién hará un chiste fácil de esto.

En agosto, sufrimos la muerte de Sancho con toda la pena que estos hechos acarrean.
En septiembre nos hemos regalado un viaje maravilloso visitando La Alberca en la provincia de Salamanca. Precioso pueblecito en la Sierra de Francia-Parque Natural de Las Batuecas. Su tipismo te transporta a otras épocas, lejos de índices de bolsas, primas de riesgo y otros ratios financieros. La Abadía de los Templarios magnífica en sus salones, jardines y en general toda su oferta hotelera. La subida y las vistas de La Peña de Francia (lo malo es su nombre) son espectaculares y grandiosas por la extensión de terreno que te encuentras a tus pies como si de repente tuvieras algo de sobrenatural. 

 
 


Cruzando un aburrido y cansino Portugal llegamos al Balneario de Mondariz, complejo pionero del termalismo gallego y de las principales Villas Termales de Europa. Todas las variantes que ofrece como su palacio del agua, spa, circuito celta y otros muchos son un canto al Agua en todo su esplendor, que unido a la incomparable belleza de sus edificios y del propio entorno en el interior de la provincia de Pontevedra, con todo el aliciente paisajístico natural de Galicia te hace sentir un relajante y estimulante estado de bienestar por dentro y por fuera (llueva o no llueva).


 
 


 

Desde Mondariz nos movimos por Vigo y Pontevedra, continuando nuestro periplo hacia La Coruña con parada en Cerdedo, pequeño pueblecito de poco más de 2.000 habitantes y con raíces ancestrales de mi mujer. De Mondariz a Cerdedo evitamos las autovías y nos metimos casi “monte a través”. Fue, este un viaje, de esos que haces pocos en la vida y pasan a engrosar el saco de “inolvidables” por la hermosura de sus montes y campiñas, sus frondosos bosques con árboles de todas las clases, tupidos robledales, encinares, abedules, castaños, la melodía suave pero firme de sus ríos y regatos, los musgos, las hojas caídas. La niebla cubriendo las cimas de los montes como solo la niebla en Galicia se muestra enxebre y amenazadora, que la ves moverse como si te quisiera envolver para iniciar un sueño y un viaje a lo desconocido.





 

Finalmente llegamos a La Coruña en donde tuvo lugar la gran mariscada. Con mis hermanos, cuñada, sobrinos y amigos degustamos ricos y sabrosos camarones, percebes, navajas, centollos, almejas, nécoras y una deliciosa empanada de xoubas, todo ello regado con un exquisito vino de la tierra.




 

  






 
 
Toca el regreso. Volvemos por Madrid en donde pasamos unos agradables ratos con los buenos amigos de hace más de cuarenta años y acabamos de nuevo en casa, en Granada.

Al día siguiente de llegar y sin podernos resarcir del cansancio que todo viaje lleva consigo, se nos meten en casa los pintores para una semana de agobio y del “todo por el medio” que es inevitable por muy cuidadosos y ordenados que sean los pintores.

Además de todo esto, celebramos el día de San Miguel, el cumple de nuestro gran amigo Miguel, el cumple de mi nieta (10 años), los santos de mi mujer, mi hija y mi nieta, procesión de la Virgen en Salobreña, visita al dentista, ITV del coche y muchos episodios menores más que no nos han dejado parar en estos tres meses.

Ayer, día 9 hemos podido considerarlo como el primer día normal, de nuevo, y hemos reanudado las costumbres de ejercicios, piscina, compras y demás hábitos entre los que sitúo el escribir algo en este blog, aunque sea de vez en cuando.

buff

1 comentario:

  1. Me han gustado mucho tus vacaciones.

    Espero que la mariscada te sentara bien, porque vaya pinta que tiene todo lo que dices.

    Ya he leido los articulos mas recientes hasta llegar aquí y vaya repasito que pegas.

    Te mando un fuerte abrazo, Javier.

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