domingo, 17 de junio de 2012

EL ALMA DE UNA EMPRESA

El alma es inherente a todos los seres vivos (ánima de los seres animados) y en consecuencia El Hombre como especie enriquece su alma con un conjunto de características y facultades de carácter cultural, emocional, intelectual con una importante influencia de lo tradicional y lo religioso. Cada individuo con sus particulares afecciones hace que su alma sea única e irrepetible en su totalidad aunque con unos niveles de sensibilidad sobre la justicia, nobleza, honradez, y otras virtudes afines con el sentir de otros que marcan, de alguna manera, los diferentes niveles en la escala entre el bien y el mal.

Cuando un conjunto de personas se unen para un logro común, emprenden un camino de acercamiento de los valores que cada uno tiene en su alma y, en la medida que lo consigan, alcanzarán una fuerza como conjunto capaz de cualquier objetivo que se propongan. Habrán conseguido dotar al grupo de un alma fuerte y segura para el sufrimiento y para el disfrute del éxito que, con toda seguridad, obtendrán.

Esta reflexión es válida para cualquier aspecto de la vida cuando de varias personas se trata, familia, amigos, vecindad, ocio, deportes, trabajo, etc. etc.

Por las circunstancias económicas del País, vamos a proyectar el foco sobre las empresas. Cuanto más pequeña sea más fácil será conseguir la afinidad de las personas que la integren pero también en una empresa grande es aplicable la filosofía que hemos referido.

En una empresa grande es cuestión de muchos años conseguir esa unificación pero puede conseguirse. Tendrán que superarse momentos delicados, asumir esfuerzos, tratar los objetivos como comunes, entender el negocio de la misma manera y en la misma dirección, separar las manzanas podridas del cesto y, en definitiva, lograr una empresa con un alma que será el orgullo de todos y cada uno de sus componentes (sea cual sea el nivel de responsabilidad). Todos conocemos a personas que profesionalmente se involucran y otras que pasan de todo (aunque estas últimas suelen ser curiosamente las más “reivindicativas”), quienes entienden, asumen y forman parte del alma de la empresa y quienes no.

Cuando una Empresa ha conseguido ese nivel es prácticamente indestructible salvo que se le ataque directamente destruyendo su alma, su espíritu, haciendo que sus profesionales pasen a ser casi clones o androides de irresponsables que ya lo son a su vez de otros superiores. Triste. Lamentable. El resultado es una empresa totalmente diferente a la anterior.

¡¡¡Ay de las empresas sin alma!!! ¡¡¡Ay de los responsables sin alma que destruyen la de las empresas!!!

1 comentario:

  1. Realista y cierto pero muy muy triste.
    Pero la supervivencia de uno mismo, como algunas almas egoistas y egocentricas, hace que no importe nada ni nadie solo uno mismo, aun sabiendo que esto acabara con uno mismo y con todos.

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