Cuando un conjunto de personas se
unen para un logro común, emprenden un camino de acercamiento de los valores
que cada uno tiene en su alma y, en la medida que lo consigan, alcanzarán una
fuerza como conjunto capaz de cualquier objetivo que se propongan. Habrán
conseguido dotar al grupo de un alma fuerte y segura para el sufrimiento y para
el disfrute del éxito que, con toda seguridad, obtendrán.
Esta reflexión es válida para
cualquier aspecto de la vida cuando de varias personas se trata, familia,
amigos, vecindad, ocio, deportes, trabajo, etc. etc.
Por las circunstancias económicas
del País, vamos a proyectar el foco sobre las empresas. Cuanto más pequeña sea
más fácil será conseguir la afinidad de las personas que la integren pero
también en una empresa grande es aplicable la filosofía que hemos referido.
En una empresa grande es cuestión
de muchos años conseguir esa unificación pero puede conseguirse. Tendrán que
superarse momentos delicados, asumir esfuerzos, tratar los objetivos como
comunes, entender el negocio de la misma manera y en la misma dirección,
separar las manzanas podridas del cesto y, en definitiva, lograr una empresa
con un alma que será el orgullo de todos y cada uno de sus componentes (sea
cual sea el nivel de responsabilidad). Todos conocemos a personas que
profesionalmente se involucran y otras que pasan de todo (aunque estas últimas
suelen ser curiosamente las más “reivindicativas”), quienes entienden, asumen y
forman parte del alma de la empresa y quienes no.
Cuando una Empresa ha conseguido
ese nivel es prácticamente indestructible salvo que se le ataque directamente destruyendo
su alma, su espíritu, haciendo que sus profesionales pasen a ser casi clones o androides
de irresponsables que ya lo son a su vez de otros superiores. Triste.
Lamentable. El resultado es una empresa totalmente diferente a la anterior.
¡¡¡Ay de las empresas sin
alma!!! ¡¡¡Ay de los responsables sin alma que destruyen la de las empresas!!!
Realista y cierto pero muy muy triste.
ResponderEliminarPero la supervivencia de uno mismo, como algunas almas egoistas y egocentricas, hace que no importe nada ni nadie solo uno mismo, aun sabiendo que esto acabara con uno mismo y con todos.