Lo has vuelto a hacer, Matil. Continúas explotando tu capacidad imaginativa y de contar historias que canalizas maravillosamente hacia la escritura. Me estoy refiriendo a la edición de tu nueva novela “El enigma del navegante Dostierras” con la que vuelves a deleitarnos con la lectura fácil de una historia llena de interés y originalidad.
En esta obra, como en las
anteriores que he tenido el placer de leer “La celda 1438”, “El Sirikal”, “El
crucero fantástico” y “Katy la heredera desconocida”, aparecen los lazos
familiares y de amistad como base del relato. Personajes con conflictos
internos y desde luego el amor. En esta nueva entrega, a lo largo de la
historia del sobrino de Dostierras se desarrollan unos episodios de misterio y
suspense llenos de secretos, aventuras, peligros y enigmas que, por momentos,
copan todo el interés del lector, con esa bonita sensación de sentirse inmerso
en la historia y necesitado de buscar respuestas y resolver el enigma que le
impide dejar la lectura para mañana (como en esas series que despiertan tal
interés que te dan las doce, la una y las dos de la madrugada hasta finalizar
el último capítulo).
Se trata de una novela corta que
se lee de forma fácil, con textos alejados de tecnicismos que hacen muy identificables
a sus personajes contando, además, con la costumbre de la autora de profundizar
y describir detenidamente los pormenores de personas, paisajes y lugares en general
con los que te terminas identificando como si formaras partes del elenco. Cuando
terminas la lectura, te queda ese resquemor, sensación de desánimo, por dejar a
los personajes continuar con sus vidas y no saber más, quisieras seguir con sus
historias.
Bueno, en definitiva, querida
Matil, te agradezco que sigas alimentando tu hobby y te animo para que nos
deleites con otro fruto de tus capacidades. ¡¡Enhorabuena por tu trabajo!!
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