
Bueno, ya ha pasado La Navidad - algunos dicen “las navidades” - el cambio de año y hasta la fiesta de Los Reyes Magos, que este año sí han tenido que esforzarse y ser verdaderamente magos para resolver sus asuntos a pesar de las penurias que España está pasando y que los medios se preocupan de recordarnos en cada oportunidad.
Es difícil encontrar en la
televisión o prensa un mensaje que transmita esperanza y alegría a la vez que
suavice la alarma y la sitúe en su justa medida. No todo es tan catastrófico o
al menos eso tenemos que intentar con un poco de cada cosecha particular. Hay
diferentes niveles sociales que están sufriendo la crisis, de manera más aguda
unos y más llevadera otros. En lugar de mirar hacia arriba para reclamar y
criticar, hemos de mirar hacia abajo para paliar los males que podamos ver en
los demás de la mejor manera que Dios nos dé a entender a cada uno. Como decían
en mi casa, cuando era pequeño, a todo hay quien gane y
es una gran verdad que no todos quieren admitir; siempre hay quien está mejor
pero también hay quien está peor y hasta mucho peor.
Bueno, realmente no era por ahí
por donde pretendía llevar mi comentario sino por el hecho de que se han
terminado las fiestas, las vacaciones y las excusas para volver a lo cotidiano,
a lo real, a lo obligatorio, al trabajo.
Por mi parte he pasado mi primer mes
de diciembre en situación de jubilado. He tenido diversas actividades que me
han ocupado el tiempo de manera que prácticamente no he podido dedicarme a
escribir más que dos notas en este blog. Confío que este mes de enero del nuevo
año sea más floreciente al respecto.
Entre las ocupaciones más
relevantes he de destacar los días en que hemos actuado de canguros con
nuestras nietas. Es maravilloso el juego y la conversación que descubres, desde
el inmenso amor hacia ellas, las inquietudes y nuevos puntos de vista de esa
generación que arranca.
También la colaboración que
prestamos desde SECOT, Seniors Españoles para la Cooperación Técnica en donde
me encuentro incorporado desde mi jubilación, a los jóvenes emprendedores para
ayudarles a centrar sus proyectos de nuevas empresas, asesorándoles con los
conocimientos adquiridos en nuestra vida laboral, ha ocupado una parte
importante del tiempo. Un tiempo en el que descubres que con estos jóvenes, con
estas generaciones, el futuro está asegurado por muchos escollos que haya que
superar.
Lo
importante es ocupar el tiempo y sentirte útil a la sociedad, a la familia y a
uno mismo.
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