Dejando al margen las creencias
religiosas de cada uno, la fe en la Justicia es lo que más
necesita el ciudadano cuando se trata de encontrar respuestas, por parte de las
autoridades representativas del poder en el País, impartiendo las penas y
conductas adecuadas y en consonancia con nuestras leyes. Este “impartir
justicia” debe producirse eficazmente en tiempo y forma. De alguna manera, la
Justicia debe responder a los criterios de justicia que el pueblo y la sociedad
entienden e interpretan. No pueden
tardar en celebrarse juicios sobre delitos flagrantes y acontecimientos que
producen alarma social, años y años. ¡¡Cuantos culpables quedan salvados de las
penas porque antes del juicio terrenal les llega el otro, el juicio final!!
Si minimizar los tiempos para
preparar la celebración de un juicio es muy importante, lo es más aún las
formas. Para empezar, el Poder Judicial no debería estar tan sumamente
politizado. Para alcanzar el grado necesario de credibilidad necesita ser
independiente e indiscutible en sus apreciaciones salvo, lógicamente, por la
vía de las apelaciones previstas en la Ley. Recordemos: debe responder al sentimiento
general de la sociedad.
El Poder judicial es un poder del Estado
encargado de administrar la justicia en la sociedad, mediante la aplicación de
las normas jurídicas que ha gozar de imparcialidad y autonomía.La separación de los poderes ejecutivo y judicial garantiza la libertaddel ciudadano. Bajo esta separación de poderes, se fundamenta el estado de derecho, en el cual los poderes públicos están igualmente sometidos al imperio de la Ley. Si no es cierto que el Poder judicial sea independiente para poder someter a los restantes poderes, en especial el ejecutivo, cuando estos contravengan el ordenamiento jurídico, apaga y vámonos!!
Las formas de vida de hoy no
tienen nada que ver con las de hace 25 o más años, los medios técnicos en manos
de la población, los conocimientos facilitados por internet y las redes
sociales que hoy se manejan han producido una tipología nueva y diferente de
delitos y delincuentes. Las leyes, por desgracia, se han quedado muy atrás,
algunas incluso obsoletas.
Los adelantos conseguidos deben
facilitar nuevas leyes y hasta nuevos métodos de investigación. ¿Por qué no utilizar métodos que, sin que
supongan tortura, puedan aplicarse a los presuntos culpables de casos graves
como secuestro, asesinato, terrorismo, por ejemplo químicos o sicológicos? Por
supuesto siempre bajo la supervisión de los jueces que corresponda. De los
derechos humanos, los primeros son los de las víctimas, dejémonos ya de tanta
hipocresía.
¿Cómo puede consentirse lo que
está pasando con el asesino "pirao", padre de Ruth y José? Venga ya¡¡¡.
Aplíquesele el método que sea pero que “cante” lo qué ha hecho con los niños.
¿Es normal la situación de
entrada y salida en la cárcel por robos y otros delitos menores de “el rafita”,
asesino y torturador de Sandra Palo, disfrutando de una libertad vigilada?
¿Y lo de Miguel Carcaño? ¿No está
pidiendo a gritos que se le pregunte de otras maneras, con otros métodos, que
han hecho él y sus encubridores y donde se han deshecho del cuerpo de Marta del
Castillo? Que “canten” ¿Se puede permitir que se rían de esta manera de todo
tipo de autoridad provocando -además- unos gastos de búsqueda enormes?
¿Qué pasó con el pederasta
asesino de Mari Luz Cortés, Santiago del Valle? Las vueltas que también tuvo este caso.
Una vez identificados los
presuntos con suficientes indicios de culpabilidad tienen que “soltar”,
“cantar” toda la historia de sus fechorías con pelos y señales sea de la manera
que sea. Se evitarían situaciones como las que estamos viendo a diario y, al mismo tiempo, surtirían un efecto preventivo muy grande en los candidatos a delinquir.
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