lunes, 3 de septiembre de 2012

LA JUSTICIA Y EL CANTE


Dejando al margen las creencias religiosas de cada uno, la fe en la Justicia es lo que más necesita el ciudadano cuando se trata de encontrar respuestas, por parte de las autoridades representativas del poder en el País, impartiendo las penas y conductas adecuadas y en consonancia con nuestras leyes. Este “impartir justicia” debe producirse eficazmente en tiempo y forma. De alguna manera, la Justicia debe responder a los criterios de justicia que el pueblo y la sociedad entienden e interpretan.  No pueden tardar en celebrarse juicios sobre delitos flagrantes y acontecimientos que producen alarma social, años y años. ¡¡Cuantos culpables quedan salvados de las penas porque antes del juicio terrenal les llega el otro, el juicio final!!
Si minimizar los tiempos para preparar la celebración de un juicio es muy importante, lo es más aún las formas. Para empezar, el Poder Judicial no debería estar tan sumamente politizado. Para alcanzar el grado necesario de credibilidad necesita ser independiente e indiscutible en sus apreciaciones salvo, lógicamente, por la vía de las apelaciones previstas en la Ley. Recordemos: debe responder al sentimiento general de la sociedad.
El Poder judicial es un poder del Estado encargado de administrar la justicia en la sociedad, mediante la aplicación de las normas jurídicas que ha gozar de imparcialidad y autonomía.

La separación de los poderes ejecutivo y judicial garantiza la libertaddel ciudadano. Bajo esta separación de poderes, se fundamenta el estado de derecho, en el cual los poderes públicos están igualmente sometidos al imperio de la Ley. Si no es cierto que el Poder judicial sea independiente para poder someter a los restantes poderes, en especial el ejecutivo, cuando estos contravengan el ordenamiento jurídico, apaga y vámonos!!

Las formas de vida de hoy no tienen nada que ver con las de hace 25 o más años, los medios técnicos en manos de la población, los conocimientos facilitados por internet y las redes sociales que hoy se manejan han producido una tipología nueva y diferente de delitos y delincuentes. Las leyes, por desgracia, se han quedado muy atrás, algunas incluso obsoletas.
Los adelantos conseguidos deben facilitar nuevas leyes y hasta nuevos métodos de investigación.  ¿Por qué no utilizar métodos que, sin que supongan tortura, puedan aplicarse a los presuntos culpables de casos graves como secuestro, asesinato, terrorismo, por ejemplo químicos o sicológicos? Por supuesto siempre bajo la supervisión de los jueces que corresponda. De los derechos humanos, los primeros son los de las víctimas, dejémonos ya de tanta hipocresía.
¿Cómo puede consentirse lo que está pasando con el asesino "pirao", padre de Ruth y José? Venga ya¡¡¡. Aplíquesele el método que sea pero que “cante” lo qué ha hecho con los niños.
¿Es normal la situación de entrada y salida en la cárcel por robos y otros delitos menores de “el rafita”, asesino y torturador de Sandra Palo, disfrutando de una libertad vigilada?
¿Y lo de Miguel Carcaño? ¿No está pidiendo a gritos que se le pregunte de otras maneras, con otros métodos, que han hecho él y sus encubridores y donde se han deshecho del cuerpo de Marta del Castillo? Que “canten” ¿Se puede permitir que se rían de esta manera de todo tipo de autoridad provocando -además- unos gastos de búsqueda enormes?
¿Qué pasó con el pederasta asesino de Mari Luz Cortés, Santiago del Valle?  Las vueltas que también tuvo este caso.
Una vez identificados los presuntos con suficientes indicios de culpabilidad tienen que “soltar”, “cantar” toda la historia de sus fechorías con pelos y señales sea de la manera que sea. Se evitarían situaciones como las que estamos viendo a diario y, al mismo tiempo, surtirían un efecto preventivo muy grande en los candidatos a delinquir.

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