viernes, 1 de junio de 2012

RECORTES / REFORMAS


La verdad es que la crítica situación en que nos encontramos produce un sinfín de actuaciones que a veces se pueden confundir y malinterpretar. Ocurre con los recortes y las reformas. Los recortes se refieren a los gastos, ajustes en las partidas de gasto hacia el cumplimiento de los objetivos de déficit marcados. Las reformas, aunque de alguna manera puedan tener también efectos sobre las cuentas, los gastos y el déficit, fundamentalmente son modificaciones sobre normas, leyes y reglamentos que han de ser reconsideradas con arreglo a los nuevos tiempos y nuevas necesidades. Estas, deberían contener, principalmente, puntos de mejora cara al futuro del País fomentando el empleo, la inversión y demás palancas de crecimiento. Las reformas más destacadas son, hasta ahora, la laboral, educación y sanitaria con algunas parciales sobre las prácticas de las entidades financieras. Faltan otras importantes como las que han de hacerse sobre la justicia, inmigración, autonomías, manifestación, libertad de expresión, política carcelaria y otras.

Por otra parte, los ajustes o recortes de gastos que se hacen necesarios apuntan, de forma fácil pero destacada, a la enorme carga burocrática y funcionarial que se ha ido creando a lo largo de la democracia (igual que aumenta y sobresale un hormiguero de termitas). Como partida de gasto, la de personal ocupa un puesto muy importante y, lamentablemente, es la más fácil de atacar por los personajillos responsables de turno. Siempre lo más sencillo es reducir puestos de trabajo o intentarlo en sus retribuciones. Este camino no siempre es el más acertado. Es frecuente que los árboles no nos dejen ver el bosque.

Para sanear el déficit, tanto del Estado como el de las Autonomías, de las Diputaciones y los Ayuntamientos debería actuarse con total prioridad en la mejora de la gestión sobre el ahorro de gastos, llamémosles, superfluos: gastos de representación, viajes, dietas, coches, instalaciones, reuniones y por qué no, también en subvenciones, ayudas y otras partidas que no actúen directamente sobre el bienestar social y que normalmente proceden de gestos políticos para quedar bien con ciertos grupos, cuando no para asegurarse algunos votos. Existen colectivos que han adoptado como medio de vida la subvención y se han convertido en verdaderos parásitos de la sociedad. Indudablemente, identificarlos sería como tratar de hacer la mejor selección de futbol, cada españolito tiene su propio criterio, pero haberlos haylos.

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