viernes, 14 de diciembre de 2012

PROFESIONALIDAD / RECORTES




 
Qué lástima me da cuando observo cómo se deja la profesionalidad de lado y su falta se quiere justificar y achacar a los ajustes económicos y estructurales que la crisis está imponiendo.
De entre los valores humanos más destacados que se pueden aportar al desarrollo de una actividad  – y quizás menos frecuentes de lo deseado - se encuentra la profesionalidad además de honradez, fidelidad y otros.
Se trata de una cualidad de carácter muy personal como base de toda una actuación y que debe estar a salvaguarda de cualquier otra consideración o presión, sea de carácter económico o estructural. ¡¡Lo que hagas hazlo bien!! con dedicación y responsabilidad.
En otros comentarios anteriores me he referido a la facilidad con que los mediocres o pobres de espíritu achacan todos sus males y deficiencias, a la empresa, al jefe o hasta sus propios compañeros. Ahora también a los recortes y ajustes. Lamentable.
Viene a cuento esto, por lo que ha ocurrido ya dos veces en el último mes en el ambulatorio de Armilla para con los controles necesarios a los “anticoagulados”. Se trata de que periódicamente los enfermos en mayor o menor grado del corazón y siempre por prescripción médica, han de realizar un control del nivel de coagulación en su sangre. Asunto delicado que previene riesgos de trombos o hemorragias. Este control es de lo más sencillo, se deposita una gota de sangre en una tira reactiva y una maquinita da el resultado en menos de un minuto.
Pues bien, no había tiras reactivas. Los pacientes debían esperar más de una hora o volver otro día a ver si la suerte estaba de cara. Habían ido a buscar las dichosas tiras a otro pueblo.
Aún desconociendo el sistema de reaprovisionamiento de material básico para los servicios de enfermería de un ambulatorio, hay que pensar que existe un responsable de las existencias y de efectuar los pedidos oportunos. Quizás sea cierto que las circunstancias hayan modificado la frecuencia o las cantidades de pedido pero lo que no han cambiado son las necesidades de las tiras reactivas ya que los pacientes son, más o menos, los mismos.
No es de recibo que en un servicio de estas características puedan faltar elementos tan comunes, como si faltara algodón, alcohol u otros básicos. Menos aún puede admitirse la justificación de que esta anomalía se produce por los recortes y la tan socorrida exclamación de ¡¡no sabemos a dónde vamos a llegar!!
No, mire usted, esto se produce por una total falta de profesionalidad en los responsables, que desconocen sus obligaciones para con la sociedad y les es más fácil incurrir en una negligencia que puedan achacar a otros.
Con esta gente si es verdad que ¡¡no sabemos a dónde vamos a llegar!! La calidad en el trabajo prestigia a un país pero su falta lo arrastra a otros mundos inferiores.

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